Alojamientos vacacionales en Jopala

El lugar es muy amplio, verdaderamente te sientes en casa. Todo esta perfectamente limpio y ordenado. Le anfitrión estaba siempre al pendiente y es muy amable.

Me sentí como en casa. Todo muy limpio, agradable y buena opción para desconcertarse del bullicio de la ciudad.

Muy buen lugar para llegar a hospedarse, Rodrigo siempre muy atento con nosotros, felicidades

Hermoso! Cruzando la calle está el río, a 15 minutos está Zacatlán centro. Llevé a mi perrito y fueron muy amables al darme opciones para dejarlo en el alojamiento, la mamá de Héctor es una mujer sumamente amable, nos prestó un sartén que ocupábamos, la señora de la tiendita también muy amable, nos prestó unas copas para nuestro vino, el alojamiento es precioso, es en un segundo piso, tiene su cocinita, las habitaciones, la salita, el baño con regadera, quedamos satisfechos

Estuvo muy bien, un lugar muy cálido, céntrico y muy tranquilo para pasar en familia y amigos, cuenta con todas los accesorios para poder hacer un viaje increíble y la fogata le dió un plus a mi familia y a mi nos encantó y estuvo muy bien, me divertí y espero volver pronto.

Excelente lugar, muy ameno, en paz y tranquilo, mucha naturaleza, aunque el entorno es frío, la calefacción cumple su función. El internet es bueno, y aunque no hay mucha señal el internet ayuda demasiado. Héctor siempre estuvo atento a nosotros y las necesidades que había. Definitivamente volveríamos ahí.

Excelente cabaña para estar en familia, relaja mucho este lugar y es muy confortable, desde la llegada el dueño es muy atento, en todo momento está al pendiente de ti, recomiendo mucho este lugar

Muy buena atención del anfitrión y excelente lugar para convivir con la familia, descansar y disfrutar de este lugar tan especial que es Zacatlán, con sus vitromurales, su historia, música, paisajes, cultura y COMIDA DELICIOSA !!!!

Fue una experiencia muy especial. El lugar tiene una energía mágica, rodeado de naturaleza viva y colores que te inspiran apenas pones un pie ahí. Las vistas al amanecer son simplemente inigualables, y respirar ese aire fresco en medio de tanto verde es un regalo para el alma. Es de esos lugares que uno se merece vivir cada que puedan, donde cada detalle está pensado para que descanses, te conectes contigo y disfrutes plenamente. El servicio también fue excelente: las personas que cuidan el lugar son súper amables, atentos y se nota que quieren que tu estancia sea perfecta. Y no puedo dejar de mencionar a Mónica, quien fue increíblemente cálida, empática y con una disposición que simplemente se agradece. Se nota cuando alguien realmente ama lo que hace. Sin duda, volveríamos. Es un rincón especial que se queda contigo mucho después de haberlo dejado.